viernes, 14 de noviembre de 2014

No se el porqué pero tampoco voy a buscarlo.

La paciencia nunca fue su mayor talante.
Le atropellan las palabras, le atropella la incertidumbre, le atropella el no saber a donde va, le atropellan las ganas de avanzar y sentir sus pies parados, le atropellan las prisas...
Con la habilidad de sentirse en paz y armonía  y a la vez en plena guerra mundial. 
No baja la defensa, siempre mira hacia atrás, siempre mira hacia los lados...
"Aquello" siempre iba a estar ahí, y por poco que le gustase reconocerlo, formaba parte de ella..
Sonríe mucho, es su mejor arma, reírse de todo hasta de sí misma ante el espejo. 
Nadie ni ella misma conoce su mundo interior, tan aleatorio como esa lista de reproducción, ahora suena Fito, luego suena Vetusta, quizás luego Zahara...
En una noria que no para de dar vueltas, que cuando quieres darte cuenta puedes ver toda la cuidad en miniatura y apenas en un segundo te sientes al ras del suelo de vuelta al mundo. 
En lo alto del camino es bueno pararse de vez en cuando, mirar abajo y coger impulso para poder volver a subir, y para no olvidarnos de porque un día estuvimos aquí arriba, e incluso más adelante poder volver mucho más alto y llegar a donde quieres estar.

...No se el porqué pero tampoco voy a buscarlo.

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